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FII Patrocina Demanda para que Estado Indemnice a Niños de Comunidad Trapilwe

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Una demanda en juicio ordinario de hacienda de indemnización de perjuicios interpusieron esta mañana ocho familias del sector Trapilwe. El recurso legal -que persigue una compensación por el daño moral causado a 11 niños y una mujer con discapacidad- fue presentado en la Corte de Apelaciones de Temuco, con el patrocinio del abogado Alejandro Herrera Canales, asesor jurídico de la Fundación Instituto Indígena.

La demanda se funda en los hechos ocurridos el 30 de abril de 2013, cuando cerca de 200 funcionarios de la PDI realizaron un allanamiento masivo en los sectores Trapilwe y Mawidache, comuna de Freire. Según los considerandos de la demanda, los niños y niños del sector fueron víctimas de una situación de gran violencia, que les originó importantes secuelas sicológicas, dado que ellos no cuentan con las herramientas suficientes que les permitan enfrentar de manera adecuada tal experiencia, que fue vivida como un “asalto”; esto es, como un delito de robo en sus propias viviendas. El recurso precisa también que fruto de esos mismos hechos la propia Corte de Apelaciones de Temuco, con fecha 6 de julio de 2013, acogió un recurso de amparo presentado en favor de los mismos niños.

El monto reparatorio solicitado en la demanda es de 20 millones de pesos por cada afectado, más las costas del proceso. “Hemos solicitado esta indemnización por cuanto los niños y niñas de la comunidad han sufrido un daño inestimable, que hasta el día de hoy se traduce en temor a los extraños, dificultad para conciliar el sueño, miedo constante y desmotivación, entre otros efectos. Creemos que están los antecedentes a la vista para que acoja esta demanda”, dijo el abogado Herrrera tras la presentación del recurso.

TESTIMONIOS

La acción legal también recoge testimonios de lo ocurrido, como el de Eulogio Painevilo. «Aun estábamos acostados, eran como 20 para las 6 de la mañana cuando sentí ruidos de vehículos en la cercanía de mi casa. Empezaron a golpear la puerta de mi casa hasta que la abrieron y con focos nos alumbraron a todos y a mí me sacaron apuntándome con un arma y arrastrándome hacia afuera, me esposaron con las manos atrás y me tiraron al suelo donde me preguntaron en varias ocasiones por mi nombre, además de preguntar con gritos y golpes sobre donde tenía armamentos, que tenía que entregárselos inmediatamente, de lo contrario debería atenerme a las consecuencias. Me tenían a unos 20 metros de mi casa y en esos momentos me doy cuenta de la gran cantidad de vehículos que rodeaban mi casa, pero la impotencia más grande fue sentir los gritos y llantos de mis hijos de 5 y 6 años desde el interior de mi casa, cuando se dieron cuenta que mis niños me estaban mirando por la ventana de su pieza hacia afuera, momento en que 2 policías me tenían junto a la pared de una bodega apuntándome con sus armas, me subieron a su camioneta, donde me mantuvieron esposado en todo momento, mientras un helicóptero sobrevolaba por encima de mi casa”.

Otro testimonio es el del menor J.A.P.L, de 14 años. “El martes 30 de Abril eran como las 06:30 horas, porque estaba a punto de irme al colegio y vi que había un auto afuera de la casa y pensé que era algún amigo de mi papá y comenzaron a golpear la puerta y entraron apuntando, yo creí quera eran delincuentes y que se trataba de un asalto porque estaban con armas y andaban encapuchados, intenté correr hacia mi papá, pero no alcancé a llegar, me gritaron ¡al suelo..!, me tomaron y me esposaron y ahí me tuvieron un buen rato, después me sacaron hacia afuera y me dijeron que mi papá podría estar muchos años preso si ellos querían, me decían que les dijera dónde estaban las armas, yo no sabía de qué se trataba y me seguían amenazando, me decían que mi hermano ya estaba en la cárcel porque lo habían ido a buscar al trabajo, me decían que si ellos querían podían desarmar mi familia y que me iba a quedar solo, decían que ellos sabían que mi mamá solo llegaba los sábados. A mi papá lo tenían dentro de la casa y no me dejaban ir donde él; después se empezaron a burlar de nosotros y de mi tía, ella es una abuelita que vive al lado de mi casa y que mis papás la cuidan porque no tiene a nadie. Después me sacaron las esposas y se fueron y yo me quedé solo hasta que llegó una vecina que llevó a su nieto para que se quedara conmigo”

Soledad Molinet Huechucura, Secretaria Ejecutiva de la Fundación Instituto Indígena destacó el acompañamiento de esta institución en el proceso. “Nuestra misión es acompañar a las comunidades mapuche, especialmente cuando sus derechos son vulnerados. Acá se vulnerado el derecho de niños y niñas mapuche, lo que nos parece incompresible y censurable desde todo punto de vista. Esperamos que el daño de estos niños sea reparado”, concluyó.

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