En un nuevo aniversario de la Fundación Instituto Indígena, queremos compartir con la comunidad un poco de nuestra historia. Nos mueve el anhelo de que pueda comprenderse y valorarse el rol de servicio que ha tenido esta institución, que forma parte de la Pastoral Social de la Iglesia Católica de Temuco.
La Fundación Instituto Indígena nació el 24 de septiembre de 1962 al alero del Obispado de Temuco y del Vicariato Apostólico de La Araucanía, hoy Obispado de Villarrica. Inmediatamente comenzó un trabajo de acompañamiento a comunidades mapuche de La Araucanía, que paulatinamente va traspasando los límites regionales, extendiendo su trabajo principalmente al sur del país.
La primera década de la Fundación estuvo orientada a generar mejores condiciones de vida en las comunidades mapuche. Además, siempre estuvo presente, como pilar de su vínculo con las comunidades, una acción pastoral fraterna y respetuosa de las vivencias culturales de un pueblo.
A fines de los años 70’ se hizo necesario apoyar la capacitación de diversos líderes y dirigentes mapuche, como también acompañar uno de los procesos más difíciles para las comunidades mapuche: la defensa de sus tierras. En ese contexto se originó la primera carta pastoral de los Obispos del Sur, en el año 1978.
La visita del Santo Padre Juan Pablo II, en 1987, fue una ocasión propicia para relevar la riqueza del Pueblo Mapuche, el rol de sus autoridades tradicionales y para posicionar una pastoral indígena a nivel nacional. Desde 1990 en adelante nuestra Fundación tiene un rol preponderante en la difusión de la naciente Ley Indígena, trabajando en la base con diversas comunidades mapuche y también apoyando la institucionalidad naciente. También parte el acompañamiento en el proceso de valorización del rol de la mujer mapuche, generando instancias de formación y de visibilización de su aporte como madres, sostenedoras de familias y transmisoras de la cultura.
Iniciando un nuevo siglo, el trabajo de la FII se orienta a promover los instrumentos jurídicos en la defesa de los derechos de las comunidades mapuche. Capacitar a dirigentes y comunidades en la aplicación del Convenio 169 de la OIT, la difusión de la Declaración de Naciones Unidas por los Pueblos Originarios e insistir en la necesidad del reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas son hoy algunos ejes de nuestro accionar.
En los últimos años, también hemos patrocinado diversas causas donde se han vulnerado los derechos de las personas mapuche, en especial de niños, niñas y adultos mayores. La Fundación ha denunciado públicamente los excesos policiales y ha propiciado espacios de diálogo para una mejor comprensión de la demanda social e histórica que sostiene el Pueblo Mapuche.
En 2014, a 52 años del nacimiento de la FII, creemos que el Estado tiene una nueva oportunidad para enmendar el despojo territorial y cultural con el Pueblo Mapuche. Creemos que éste ha sido un Pueblo dialogante y con una diversidad territorial y organizacional importante, lo cual es clave comprender para la configuración de la política indígena nacional.
Esperamos que prontamente la sociedad nacional pueda reconocer en el trato cotidiano que somos una sociedad diversa en términos culturales, donde dicha diversidad es un valor agregado al país y que ello conlleva el garantizar el ejercicio pleno de derechos para todos/as sus habitantes.
En síntesis el quehacer central de nuestra Fundación se ha basado en acompañar al Pueblo Mapuche en sus múltiples necesidades y, por cierto, en posicionar en la sociedad nacional su gran riqueza cultural y humana. Esa ha sido, es y seguirá siendo la misión de la FII.